Dos hombres fueron a pescar. Uno era experimentado, el otro no
Cada vez que el hombre experimentado atrapaba un pez lo ponía en una cesta especial con hielo para p mantenerlo fresco. Sin embargo, el pescador sin experiencia, cada vez que atrapaba un pez lo regresaba al agua.
El pescador experimentado lo observaba y finalmente se cansó de ver que desperdiciaba tan buenos peces y le preguntó:"Por qué estás regresando esos peces tan grandes de nuevo al agua
entonces el pescador sin experiencia le contestó; "¡lo que pasa es que en casa tengo un sartén muy pequeño!"
Algunas veces somos como un pescador. Dejamos ir grandes planes, grandes sueños, grandes trabajos, grandes oportunidades que Dios nos da porque nuestra fe es tan pequeña. Nos reímos del pescador; la solución era fácil, sólo debía comprar un sartén más grande.
Y Tú, ¿estás listo para aumentar el tamaño de tu fe?
Cualquiera que sea tu problema, Dios nunca te dará más de lo que puedas soportar. Además nada es muy grande para Dios. Con oración y ayuno todo quedará solucionado.
Monólogo adaptado y traducido por:
Alma Hidalgo
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